Por Eugenio Zamora
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Concluidos por fin los procesos electorales de 2021, se aproxima la toma de posesión de todas y todos los diputados federales electos, y como en cada cambio de legislatura vienen nuevos retos. Una de las principales exigencias de la juventud mexicana, de los profesores y de los padres de familia es la implementación de una verdadera reforma educativa que se adecúe a la globalización, los cambios generacionales y el marco dentro del cual nos colocó la contingencia sanitaria.
¿A qué obedece esta necesidad? A que desde que se instauró por primera vez nuestro sistema educativo, no ha recibido mas que cambios parciales respecto al contenido que se ofrece. El actual sistema no responde a las necesidades y la realidad que vive nuestra niñez y nuestra juventud. En un país donde solamente el 17% de los jóvenes continúa con sus estudios universitarios tras haber finalizado la educación media superior, ¿Cómo puede ser posible que salgan de la escuela preparatoria sin conocer qué es el Sistema de Administración Tributaria (SAT)?, sin saber qué es y qué hace la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); sin saber ante qué instancia tengo que acudir a interponer una denuncia si me asaltaron, me extorsionaron, si filtraron fotos íntimas; sin saber qué pasos hay que seguir para crear mi propio negocio, sin saber qué es el buró de crédito y demás puntos que deben ser de conocimiento básico para una vida adulta.
Por el contrario, este sistema se ha enfocado en conocimiento científico que si bien es importante, muy pocas veces o nunca es utilizado después de concluir los estudios, ¿O recuerdan ustedes una vez en la que hayan requerido el cálculo integral o el cálculo diferencial en su vida diaria?, por lo menos yo no. Y la verdad es que es normal, pues mas allá de los cálculos algebráicos y aritméticos básicos, no implementas esos conocimientos y tu cerebro con el paso de dos o tres años borra parcialmente o por completo esa información; a menos, claro, de que tu actividad profesional te requiera esos conocimientos para poder desempeñar adecuadamente tu trabajo, como lo puede ser una ingeniería, la arquitectura, etc.
Aunado al problema del contenido de la educación en el pais, tenemos que una de las profesiones peor pagadas en México es la docencia. Aquellas personas que en sus manos tienen la educación del futuro del país, son las que perciben uno de los salarios más bajos.
Este tema tiene que ser una PRIORIDAD para la legislatura entrante, si no quieren pasar a la historia como los políticos que sacrificaron su salud al hacer campaña (muchas veces de manera irresponsable) para llegar al cargo y pasar desapercibidos.
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