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Se los digo con todas sus palabras ¡Ya no haga caso a cortinas de humo!

Foto del escritor: Eugenio ZamoraEugenio Zamora

Por Eugenio Zamora.

Para la columna de esta semana quiero empezar haciendo alusión precisamente a la declaración del conductor de noticias de Televisión Azteca Javier Alatorre, que tanto furor social provocó esta semana; y al igual que él, yo también se los digo con todas sus palabras ¡Ya no haga caso! Pero a las cortinas de humo.

Pero ¿Cortina de humo para qué? Bueno, ciertamente la presente administración federal tiene muchas cosas de que distraer la opinión pública: las desalentadoras estimaciones de recesión para nuestra economía, el ‘pico’ de la pandemia que cada vez se aleja más y más, y principalmente la noticia de la semana: el recorte a la calificación crediticia de PEMEX.

En cuanto a mi concierne es particularmente decepcionante que quien ha sido uno de los mejores conductores de noticias de nuestro país, con una constante madurez, mesura y prudencia haya hecho una declaración tan desafortunada como el llamar a la población a desatender los llamados del subsecretario de salud Hugo López-Gatell Ramírez, declaración que, aunque ciertamente sacada de contexto, no exime la irresponsabilidad que comete al emitir dicho llamado. Sin embargo, ¿Por qué Televisan Azteca criticaría tan duramente al gobierno federal, siendo que empresas del mismo dueño (Ricardo Salinas Pliego) han recibido jugosos contratos por parte de la presente administración? Sencillo, quizá todo sea un teatro orquestado por el mismo presidente de la república y Salinas Pliego para desviar la atención, pero como diría el propio Alatorre ¡Ya no hagan caso! Lo verdaderamente importante sigue siendo el preocupante manejo de la economía en medio de una crisis sin precedentes.

Por otra parte, dentro del gremio periodístico se maneja una segunda teoría del trasfondo de la sorprendente declaración de Javier; y es que, en vista del panorama que se vislumbra a lo lejos con respecto a la contingencia sanitaria que nos aqueja hoy en día, López Obrador estaría buscando un ­chivo expiatorio para echarle la culpa del ineficiente manejo de la pandemia ¿Y quien mejor que la persona que lleva toda la coordinación de la estrategia de salud? Por ello, el comentario del conductor seria una manera de, poco a poco, irle adjudicando la responsabilidad de los errores que se han cometido hasta el momento como en la implementación tardía de medidas sanitarias, del insuficiente filtro en los aeropuertos internacionales del país, o en la mala contabilización de las cifras de casos confirmados de COVID-19. Quizá para algunos compañeros contemporáneos a mi edad les parecería descabellado pensar que el mismo jefe superior del Dr. Gatell quisiera utilizarlo como chivo expiatorio de su propia incompetencia, pero todavía hay mas factores que abonan a esta teoría; por ejemplo, el hecho de que extrañamente el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador haya salido públicamente a defender a Javier Alatorre diciendo que “se equivoco como todos podemos hacerlo”, lo que causa extrañeza para todos, ya que en circunstancias normales, el presidente habría salido a atacarlo y denostarlo en su conferencia mañanera -como es su costumbre- pero no fue así.

Por otra parte, tenemos también el caso de Jaime Bonilla, gobernador morenista de Baja California -muy cercano a López Obrador-, en un video acompañado de su secretario de salud cuestionó que se hayan ‘maquillado’ las cifras de su estado en las conferencias diarias de seguimiento a la contingencia; pero la critica no fue dirigida al presidente López Obrador -como naturalmente hubiera ocurrido- sino a… ¿Quién cree usted? Exacto, el chivo expiatorio de la crisis sanitaria en México, el subsecretario de salud Hugo López-Gatell. Otra raya más al tigre.

Sin embargo, creo que la sociedad mexicana sabrá darle honor a quien honor merece, porque a pesar de todos los errores que se han cometido en la estrategia de combate a la nueva cepa de coronavirus, Gatell Ramírez ha sido la voz más congruente de un gabinete ‘de adorno’; de alguna manera u otra se ha logrado ganar la confianza de los ciudadanos, y degradar de esa manera a un funcionario como el sería una ignominia que no será suficiente para taparle el ‘ojo al macho’, ya que México sabrá muy bien quién es el verdadero responsable del ineficiente manejo de la pandemia y de la tardía respuesta, que no puede ser otra más que la persona sentada en la silla presidencial. Así que, mientras son peras o son manzanas, ya no haga caso a cortinas de humo.

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