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Turbio panorama electoral de cara a 2021. Nada para nadie.

Foto del escritor: Eugenio ZamoraEugenio Zamora

Por Eugenio Zamora

Recién comenzó oficialmente el proceso electoral de cara a las elecciones intermedias de 2021 y las cosas no lucen bien para nadie.

Por un lado, tenemos el partido de las mayorías y el poder: MORENA. El Movimiento de Regeneración Nacional no ha podido aguantar la presión de ser el partido en el poder y el control de ambas cámaras; por el contrario, se ha visto envuelta en pugnas internas vilmente desleales para con la idiosincrasia del partido, pero ciegamente leales para con el Presidente Andrés Manuel López Obrador. De hecho, la competencia por la dirigencia de ese partido parece consistir en quien lame más las suelas de los zapatos presidenciales. El único que ha sabido mantenerse sereno en ese aspecto es el experimentado Porfirio Muñoz Ledo; sin embargo, lejos de representar “Regeneración Nacional” para el partido, mas bien representa continuidad priista dadas sus arraigadas convicciones que lo amarraron de forma vitalicia al tricolor.

Por otra parte, el partido de capital político desaprovechado: Acción Nacional. Los resultados del PAN en las elecciones presidenciales de 2018 no fueron poca cosa, ya que logro colocarse en el 2do lugar con su candidato Ricardo Anaya Cortes; un 22.2% que significan poco menos de 13 millones de votos. Es un partido importante sin la menor duda. Sin embargo, por la falta de liderazgo de su dirigente nacional Marko Cortes no han sabido capitalizar ese gran apoyo que siempre han tenido y hacerse del voto útil que va quedando en el aire dadas las malas administraciones encabezadas por morenistas.

La situación del albiazul se repite casi de la misma forma en el partido que de tenerlo todo pasó a no tener nada: El PRI. El Revolucionario Institucional encabezado por Alejandro Moreno tampoco ha sabido hacerse del voto útil morenista; ya que, pese a la dramática crisis de MORENA, ningun partido ha sabido acapararlo y guiarlo hacia su ellos. Aunque, si bien es cierto que se ha hecho un extraordinario trabajo reforzando las fuerzas básicas del partido, la sangre joven no es suficiente si lo que buscas es competir dignamente en las elecciones mas grandes de la historia de nuestro país.

Y del PRD... Mejor ni hablamos.

Pero de lo que si debemos hablar es de la situación política del Presidente López Obrador ya que, aunque no esté su nombre en las boletas electorales, su desempeño de aquí a 2021 será decisivo; algo de lo que, aparentemente, no se ha dado cuenta. Digo esto porque, en lugar de recapacitar y retroceder en su estrategia de someter a la inquisición jurídica y social a quienes se manifiesten en contra de su gobierno, decide arremeter con mayor fuerza contra ellos. Primero en Chihuahua, donde se vive un ambiente hostil con el problema del agua que se vive en aquel estado; cuyo ambiente ha derivado en diversas protestas contra la militarización de los pozos. ¿Qué hizo López Obrador? Instruir a la Unidad de Inteligencia Financiera a que bloquee e investigue las cuentas de todos los involucrados en dichas manifestaciones, incluidos presidentes municipales. Este mismo patrón de conducta se repite con el regreso de Ricardo Anaya a la política, pero ahora de forma aun mas descarada porque no pudo dejar pasar un día (¡UN DIA!) y ya dio instrucciones de nuevo a su “rómpase en caso de emergencia” llamado Santiago Nieto (Titular de la UIF) para que investigue a Anaya por el caso Odebrecht, basado en la denuncia de hechos que presentó Emilio L. (Otro as bajo la manga de López Obrador)

Todo esto golpea severamente a su popularidad que cada vez es menor, y se agudiza cada que se descubren mas y mas razones para creer que el famoso combate a la corrupción de la 4T no es mas que una pantalla político-electoral. Esto porque, tras la renuncia del titular del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, Jaime Cárdenas García, este denunció corrupción, desvíos y robos que han sido solapados por el gobierno federal al más alto nivel. Y nuevamente ¿Qué hizo el Presidente? Arremeter contra el en sus conferencias matutinas. Aquí veo el talón de Aquiles del mandatario ya que el propiamente llegó a la silla presidencial gracias a su bandera anticorrupción, y si esa bandera se ve mermada, con ella también se mermará el capital político que poco a poco se le escapa de las manos.

Entonces, el panorama es este: Una crisis de ingobernabilidad en el país propiciada por políticas públicas equivocadas, cínicas e irresponsables por el gobierno de la 4ta transformación; que deriva en un declive abismal en los índices de aprobación la cual es notoria no solo en las encuestas publicadas, sino incluso en la gente; personas que han admitido abierta y públicamente su arrepentimiento por haberle dado su voto al gobierno obradorista. Sin embargo, esa gente lejos de inclinarse hacia un partido de oposición se queda en el limbo.

Ahora el PAN tiene una opción de recuperarse tras el regreso de Anaya Cortes, quien ha sabido permanecer firme pese a la persecución política en su contra que no ha cesado desde 2018. Si Marko Cortes no sabe capitalizar una oportunidad tan grande de crecimiento político, condenara a su partido hacer el segundo lugar de todo por mucho tiempo.

Por su parte, a López Obrador se le acaban las opciones porque, en su afán de sacar cartas bajo la manga, sus contrincantes ya vieron todo su juego, lo cual lo vuelve predecible; y, como dijo Miguel de la Madrid: “El Presidente no debe ser predecible; cuando lo es, pierde mas de la mitad del margen de maniobra para gobernar.

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